De eso, de lo otro y de aquello también. Información, investigación y difusión. BLOG VITAE.

26 de marzo de 2007

Juguetes // Ayer nomás

Esos objetos queridos, deseados, usados hasta el cansancio o hasta que otro nuevo ocupara su lugar al menos por un rato. Los juguetes de la infancia, los que convirtieron tardes aburridas en extraordinarias y horas compartidas con amigos en sesiones mágicas y entretenidas difíciles de abandonar. Pelotas, muñecas y muñecos, juegos de mesa, robots, superhéroes. Vamos a jugar.

Niños adultos o no, son pocos los que no quedan cautivados cuando vuelven a encontrarse después de muchos años con un juguete que los hizo feliz de chicos. Rememorar la infancia y los juegos que la acompañaron es algo muy común y divertido. Despertar sensaciones alegres recordando cosas que de chicos se disfrutaron mucho es reconfortante. “Bienvenido sea este mundo de sueños, deseos, recuerdos e ilusiones suyas, mías, de todo aquel que imagine... que en algún momento fue niño. Porque en definitiva, jugar es eso, construir puentes entre la realidad y la imaginación; es la posibilidad de transportarse a un mundo ficticio estando despierto. Los juguetes, entonces, son la materia con la que se construyen esos puentes”, dice Florencia Rodríguez, integrante del Buenos Aires Toy Museum (http://www.ba-toymuseum.com.ar/). Este lugar es un museo virtual de juegos-juguetes argentinos y un espacio de exposición permanente, que intenta contribuir a la conservación del patrimonio histórico y cultural del país en lo que a entretenimiento infantil y artículo coleccionable se refiere.
El museo existe hace diez años y su creador es Bob Frassinetti, el alma mater del proyecto, un anticuario y especialista en arte de oficio. Lo que Bob descubre, que es maravilloso, es la vertiente netamente artística de los juguetes, aprendiendo a apreciar desde un costado estético un objeto que históricamente ha tenido otro fin.

En muchos ámbitos como en este, hay una especie de vuelta atrás, en búsqueda de lo que sucedió y existió, dándole el valor que la historia merece. “Creo que el interés por preservar nuestra historia popular y cultural es relativamente novedoso, ya que al comienzo el mayor interés provenía –y todavía es así- del extranjero, que colecciona juguetes de todo el mundo y que tiene gran aprecio para con los juguetes de industria argentina por sus grandes cualidades estéticas y artísticas, pero del cual no se sabía mucho”, cuenta Florencia.

En 1976, la política económica de la Dictadura provocó un fuerte ingreso de productos importados y el cierre de muchas fábricas locales. En los 80 llegaron marcas internacionales importantes bajo la forma de asociaciones con fabricantes locales. Se comenzaron a producir localmente los personajes de La Guerra de las Galaxias y de otras series como He Man, Mazinger Z, G.I.Joe, Mi Pequeño Pony, Thundercats, Super Amigos, Barbie, etc. En el ranking de los más queridos y recordados muchos mencionaron a la fábrica de pitufos, el muñeco bebé de Yolli Bell, las colecciones de Playmobil, el set de Rasti o Mis ladrillos.


Otros juegos explotaron pero no permanecieron a través del tiempo. Fueron moda y se vendieron muy bien. Uno es el famoso y asqueroso Miki-Moko, también el Bombero Loco, los Sea Monkeys, el Segelin o el Loco López.

El Ludomatic, el Cubo mágico, los Pocketeers, los Kalkitos, la Scalectrix, el Tiki Taka, el Yoyo (Russell), el Mecano y el Cerebro mágico, subsistieron o al menos han sido imitados y reciclados y tienen vigencia. Muchos de estos juguetes en sus packaging originales se venden a precios altos en internet. Es que ya son juguetes de colección, los que los hace tener un valor tanto sentimental como económico alto.


Por suerte hay gente que además se preocupa por y apuesta al homenaje de estos juguetes tan especiales para los que hoy son jóvenes o adultos. Mariano Cabrera, el especialista retro, como se nombra en su página web (http://www.marianocabrera.com.ar/) es un actor coleccionista que no sólo guarda juguetes, objetos y anécdotas de su niñez, sino que las comparte. Entrar a su página es como abrir un baúl guardado en un sótano o un altillo. Tiene colecciones de juguetes, de programas de tv, de discos y de publicidades que lo entretuvieron durante su infancia. Es el creador de Operación Fideos con Manteca, una especie de homenaje teatral a la niñez de las décadas del 60, 70 y 80. También le dedica en la web un espacio al querido Italpark y a muchos de los personajes del espectáculo que hicieron cosas para los chicos como Carlitos Balá, Pipo Pescador, etc. Fotos de autos, aviones, muñecos y robots flotan en la web de este hombre retro y asegura que a más de uno cuando las ve, se le pianta un lagrimón.

Los juguetes argentinos como los de otras partes del mundo, como dice Florencia del Toy Museum, “son manifestaciones concretas de la cultura”. A partir de la década del 80, junto con la debacle económica pos dictatorial y la apertura indiscriminada a la importación que tuvo lugar en la década del 90 afectaron seriamente el desarrollo industrial y el juguetero en particular. Florencia cuenta que durante finales de la década del 70 y principios de la del 80, muchas fabricas estadounidenses eligieron Argentina para producir sus productos porque acá los costos eran mucho más bajos y tenían mayores facilidades produciendo acá en vez de importando Además, Argentina era vista como un país latinoamericano de alta cultura, con un gran mercado interno al cual se podía abastecer y que también podía funcionar de puerta para el mercado Latino Americano más amplio, del modo en que lo hizo Brasil en el mismo momento, con otros juguetes.

El mercado de los juguetes fue y va cambiando de acuerdo al momento cultural y económico, pero hay cuestiones que no respetan el paso del tiempo y están ligadas a la niñez en general, las ganas de jugar y sonar con un juguete en la mano. “Yo era mucho de jugar en la calle, en mi barrio, con mis vecinos. Inventábamos juegos y nos divertíamos por horas y horas, a la pelota, a la escondida, a las carreras… También jugaba con mis muñecas, tenia una de tela que me trajo mi papá de México que la adoraba. Mas tarde tuve miles de Barbies, y cuando mi abuela viajaba le pedía de todo, y ella me consentía y yo era genuinamente feliz”, recuerda Florencia.

Carolina González, todavía se acuerda de sus peleas con su hermano por apoderarse del Mecano, que si bien era de él, a ella le gustaba tanto que se quedaba horas armándolo hasta que su hermano desistía y la dejaba sola.
Historias hay muchas y juguetes también, como hay coleccionistas. “En argentina coleccionar juguetes es un hobby que recién comienza a tomar ribetes interesantes, pero en el mundo, se podría decir que hay tantos coleccionistas como juguetes fueron producidos” aclara Florencia.

La mayoría de los juguetes del siglo veinte aún son conseguibles, la pregunta es, cuánto está uno dispuesto a pagar, ya que el mercado de los coleccionistas de juguetes es un mercado altamente competitivo.
En cuanto a los juguetes realmente inconseguibles, se trata de aquellos que son perennes al paso del tiempo, por ejemplo juegos y juguetes de culturas pre modernas de oriente y occidente, cuyos productos básicos eran tela y madera, con lo cual el paso del tiempo es un gran enemigo para su conservación.

En definitiva, los juguetes van modernizándose y adaptándose a las nuevas necesidades y realidades. Alguna vez los hubo de lata, después de plástico, también de tela, de papel y muchos materiales más. Los hay caseros y muy divertidos, esos que papá o mamá nos creaban de la nada con dos o tres elementos.Lo más lindo de la niñez y de esos juguetes que se convierten en piezas únicas y mágicas es que dan esa posibilidad creadora sin fin, ese mundo propio, desligado de las obligaciones de la vida cotidiana, en donde nos decimos "dale que vos eras…", "juguemos a que nosotros hacemos…" Florencia dice: “Ese espacio propio, seguro, honesto… Porque si un juego no nos divierte de niños, es instantáneo, no se lo juega más, esa honestidad con las sensaciones más profundas y con las ganas de uno, que de adulto en general se deben comprometer porque el mundo es como es, no como queremos que sea”. Aunque si jugamos un poco más...

Para revista BK. marzo-abril 2007

25 de marzo de 2007

Pins // Se dice de mí


Chapas de metal y celuloide que se prenden en ropa, bolsos, mochilas y gorros, hablan sobre los gustos, ideas y sentimientos de los que las llevan puestas. Botones con gancho que muestran para afuera quiénes y cómo somos.

De la voz inglesa pin, se utiliza para designar una insignia, normalmente de reducido tamaño, que se puede sujetar mediante un enganche de varios tipos a la indumentaria en un lugar visible. Objeto redondo, pequeño y que tiene una imagen altamente significativa. Según el lugar geográfico puede llamarse pin, botón, prendedor, chapa o como sea. Es, en pocas palabras, un objeto universal que ocupa un espacio corporal provisto de recursos significativos.


Se puede ser moderno o no, ese no es requisito para llevar prendido un pin en algún lugar de la ropa. La variedad es amplia: musicales, cartoons, humorísticos, solidarios, ideológicos, cine, animé y otros. Los precios varían desde un peso hasta cuatro según el tamaño, diseño y lugar donde se venden. Hace bastante que pasaron a ser un complemento más, y principalmente una vía para expresar o decir algo sobre nosotros o nuestro pensamiento.Para quienes no encuentran el pin que los identifique, desean uno que no existe o algo muy especial, hay gente que los hace a gusto y piacere del solicitante. Piden el logo ó la imagen, los comentarios para la realización del diseño y listo. Por supuesto que se pagan un poco más que cualquier pin convencional, por el trabajo de diseño que lo convierte en una pieza única y super personal.


Aunque la gran movida pasó por los ochenta, actualmente se usan y se venden bastante. Es un objeto con un encanto especial, será por eso que no se tira. Se guarda o se colecciona. “Hace unos cuantos años llevaba en mi única mochila más de 15 pins, algunos se me rompieron y otros los fui sacando porque no me identificaban como cuando los había comprado, ya no los uso pero nunca pude tirarlos. Los tengo guardados junto con la mochila en una caja”, cuenta Paula Torres.


La moda es caprichosa y sus ciclos tienden a repetirse. De esto no se escapan los pins. Hoy que el vintage es protagonista, se pueden encontrar muchos con imágenes que rememoran viejas épocas o personajes, como
por ejemplo los de Popeye, Heidi, la Mujer Maravilla y marcas de productos que ya no existen o con la estética vieja, entre otros.

El espíritu de la chapa está vivo. "Aparte de ser un elemento estético, tienen mucho de autoafirmación y de dejar claro tus preferencias y tus gustos", dicen los artistas Rubenimichi, creadores de pins de Kiss, Michael Jackson y Pitita Ridruejo, sus hits. “Son algo así como un DNI de pertenencia a una determinada filiación estética, musical, cultural... y también funcionan un poco como contraseña para relacionarte con almas afines”, aseguran.


Para algunos artistas va más allá de la moda. “Son apenas unos centímetros cuadrados que no dejan lugar a la retórica y el esparcimiento", comenta Álvaro Sobrino, el responsable de la exposición Always Chapas (ver recuadro Arte en chapas). "En los pins la capacidad de síntesis es llevada hasta su máxima expresión. Es grafismo en su estado más puro. Aparte de su lado estético, ofrecen una interesante visión de la sociedad ya que recoge sus preocupaciones, gustos e intereses”, explica el artista.


El viejo refrán, Una imagen vale mas que mil palabras, parece casi hecha a medida para sintetizar el valor de los pins, ya que tienen una gran carga visual y sirven para expresar todo tipo de mensajes.“Los pins o chapas son mucho más que un elemento de diseño, y tanto en los ochenta como en la actualidad, contienen un mensaje que se identifica con el estado de ánimo, la personalidad y el entorno del portador. Aunque tampoco es necesario profundizar tanto. Si te gusta te lo prendés, y si no, no”, dice la gente de Sleepingcat.


“Si normalmente el diseño gráfico vende productos, la chapa vende identidades. Es una reivindicación de la personalidad de quien la lleva", argumenta Sobrino. Mayormente, la juventud se caracteriza por predicar a los cuatro vientos su ideología, su estado de animo y lo que quiere ser. Los pins supieron ser vehículos de esta comunicación en las décadas pasadas y hoy, renovados, resurgen con nuevos mensajes e imágenes, reflejo de estos y otros tiempos.



El coleccionista de pins


Hay quienes se los prenden y otros que no, que prefieren guardarlos o mostrarlos. Marcelo Tejera es uruguayo y tiene alrededor de 100 pins. La mayoría son de la casa de comidas rápidas Mc Donal´s donde trabajó y comenzó su hobby. “Empecé a coleccionar porque necesitaba un pasatiempo. Estudio y trabajo y necesitaba dedicarle un poco de tiempo a una actividad que no fuera demandante”, cuenta Marcelo.No los usa, los encuadra y los muestra a través de la web (www.geocities.com/m_tejera/mckelopins.html), lo que le hizo hacerse amigos por todo el mundo. “Me gusta coleccionarlos, además porque me da la posibilidad de conocer gente nueva, que comparte mis gustos y que si no fuera por este pasatiempo en común que tenemos, jamás los hubiera conocido”. Su frase preferida es: “Si tenés algún pin y no sabés que hacer con él, mandámelo y formá así, parte de mi colección”.



Arte en chapas





En España se realizó en noviembre el Always Chapas, 999 chapas de autor. La gente de Visual (www.visual.gi/index2005.htm), magazine de diseño, creatividad gráfica y comunicación, fue la encargada de esta exposición colectiva que propuso a diseñadores, artistas e ilustradores, crear iconos representativos que luego fueron plasmados en chapas y expuestos en una muestra en el Pabellón SIGN 2006 en Madrid. El resultado: 999 modelos diseñados especialmente para el evento por más de 300 artistas. Y un pequeño libro editado por Blur.En Londres, capital del país de origen de los pins, desde hace tres años se realiza el Stereohype Button Badge Design Competition, evento mundialmente reconocido en el diseño de pins. Está organizado por Stereohype (http://www.stereohype.com/), y se premian los mejores diseños para pins circulares.

Para revista BK. enero-febrero 2007

María Julia Oliván // Ojos que ven


Genuina, sensible e inteligente. Comenzó en la televisión de la mano de Jorge Lanata, después se soltó. Hoy, a los 31 años, es una de las pocas periodistas mujeres que hace periodismo testimonial y de investigación. Compromiso, honestidad y pasión por lo que hace, sus caballitos de batalla.


¿Cuál fue tu primer trabajo de periodista?
En la agencia de noticias de la universidad a los 18 años y gratis. A los 19 hice una pasantía en la agencia Noticias Argentinas que duró tres meses. Ya había renunciado al banco donde trabajaba y empecé a colaborar en los zonales del diario La Nación. Llevaba diez notas y me publicaban una o dos. Estuve cinco años como colaboradora casi fija. A los 22 y por casualidad empecé en la tele. El periodista Ernesto Tenembaum, del programa de Jorge Lanata, tomó una nota mía para la tele y entonces me mandaron de cronista. Cuando fui al canal a llevar el tape, estaba detrás de cámara con la mochila colgada y Jorge me dijo: “vení, vení presentala vos”. Y lo hice.

¿Así de una?
Si, tenía el pelo revuelto con un rodete, sin maquillaje. Me miraba en el monitor y trataba de que no se me notara despeinada. En Detrás de las noticias fue de a poquito, estuve tres años y al principio tenía una nota cada quince o veinte días. Siempre que hacía una investigación, después la presentaba en el piso en vivo.

¿Qué cosas fueron las que te ayudaron a ocupar el lugar que tenés hoy en el periodismo?

Ser honesta con lo que a mi me interesa del periodismo. Siempre me interesó lo mismo, que es la gente más débil y más desposeída. Me interesa con la cámara prendida y con la cámara apagada. El periodismo es inquietud, curiosidad y yo siempre fui honesta con eso. Aunque no hay tanto espacio para el periodismo que a mi me gusta hacer, pero tampoco cambio de camiseta por eso.

No hay tanto espacio, pero en los últimos años creció bastante.
Sí, pero no hay conductoras mujeres del periodismo que yo hago. El medio es bastante machista, es difícil encontrar una conductora que no sea de noticiero, que salga a la calle, que encare y haga denuncias. Es un espacio que cuesta y está vinculado a una cuestión de género, a las mujeres nos cuesta todo mucho más.

¿Lo viviste en carne propia?
En realidad yo no lo viví mucho. Como conté la primera oportunidad me la dio Lanata. Yo tuve oportunidades como si hubiese sido hombre. Sin salir con nadie, sin tener ninguna cuña, sin venir de la mano de nadie. Después en el día a día comprobé que el machismo es algo recurrente y hay que tener mucha personalidad y mucha seguridad en vos misma para no caerte en la mitad del camino.

Tu personalidad te ayudó para poder avanzar entonces.
Si, yo creo que uno a veces se cría con una capacidad de lucha o de supervivencia distinta a otros por una cuestión de origen y de cuanto le costaron las cosas.

¿Vos de dónde venís?
Yo nací en Monte Grande en una familia de clase media, mis viejos eran comerciantes. Siempre me enseñaron que hay que trabajar mucho para conseguir lo que uno quiere y además, que tenía que conseguirlo. Siempre fui autoexigente, cuando tenía 18 ya sabía a que edad quería trabajar en un medio nacional, cómo iba a ser, etc.

Cuándo pensás en tu presente y recordás tus comienzos a los 18. ¿Que cosas se te pasan por la cabeza? ¿pensás que vas por el camino correcto, que cumpliste lo que ansiabas, que te falta algo?
Ahora me doy cuenta que no soy tan ambiciosa como creía. En este momento estoy disfrutando mucho lo que estoy haciendo, pero creo que tengo que plantearme otros desafíos que todavía no me animo a plantearme... un proyecto propio. Se que es una etapa que se viene, pero todavía no está. Pienso que es bueno lo que me pasó, que además de mi esfuerzo tuve mucha suerte y me siento una privilegiada.

¿Cómo manejás la bronca y la impotencia con respecto a las realidades que conocés cuando hacés La Liga?
Es medio bajón la verdad, eso me tiene un poco cansada en un punto. La gente que conozco por las notas la está pasando muy mal. Me pongo mal, me indigno y cuanto más tiempo pasa más me doy cuenta que es un círculo que no se termina. Que no hay gobierno que resuelva esas cosas.

¿Más allá de tu profesión, te enganchás personalmente para ayudar a esa gente?
Sí, me engancho con algunas historias. Voy y pido resolver el problema a los funcionarios pero a mi también me cierran las puertas. Eso me bajonea, me da bronca y fuera de cámara me enojo bastante con algunos funcionarios.
A veces cuando no puedo hacer nada, escucho, pongo la oreja. Hay gente que lo necesita porque está muy sola. Hay mucha burocracia y los funcionarios no están en la gestión, están en campaña. Si la nota sale al aire todo se resuelve más fácil, si no sale no tienen rédito y no les importa.

Cuatro Cabezas le vendió el formato de La Liga al Canal 4 de España. ¿Cómo fue y cuándo viajaste para conducir Un equipo?
Trabajé cinco meses. Estuve desde julio hasta diciembre del año pasado y volví quince días en marzo. Conducimos tres conductores españoles (dos hombres y una mujer) y yo. Para mi fue una experiencia super impresionante porque el Canal 4 aceptó que yo vaya, a pesar de que son bastante cerrados para aceptar a un conductor de otro país. Además, me daba miedo de no llegar a la gente por los modismos del lenguaje y por la diferencia cultural. Pero por suerte pude trabajar sin dificultades.







¿Vas a viajar de nuevo?
Posiblemente. Ya hicimos dos temporadas y haríamos otra. Está bueno que Cuatro Cabezas me de la posibilidad de crecer.

¿Qué hace diferente a La Liga?
La Liga innova desde varios lugares. Primero, por cada minuto que sale al aire hay dos horas de grabación. Segundo, que los productores, los conductores, los guionistas, el director artístico, el productor ejecutivo, o sea, un montón de gente está pensando que vamos a decir. Está bueno que se respeten las diferentes miradas, es como un mini documental de cada tema y eso me parece de muy buena calidad.

¿De quién aprendiste más en esta profesión?
De Jorge Lanata. El es muy profundo al hablar, capaz que en el corte o en una pelea el tipo te decía algo que te dejaba una enseñanza. Una vez me dijo que lo más importante en un reportaje es escuchar. Eso me cambió la forma de laburar. Para mi es una etapa que no me olvido más, super grosa y muy mística periodísticamente.

¿Volverías a trabajar con él?
Sí claro. Igual yo creo en las etapas. Siempre le decía que el iba a ser siempre Lanata y yo al lado de él, una pichi. Renuncié a su programa para crecer y me parece que está bien lo que hice.

¿Qué significó Kaos en la ciudad para vos?
Fue importante porque era la primera vez que trabajaba en Canal 13. Fue un programa en el que tuve que empezar a sacar de mi para hacer los informes. Importaba que fuera yo la que entreviste y diga. Era divertido estar en vivo, con música, tragos. A mi me gustan más los programas en vivo, con el público ahí. La pasábamos bien y además estaba Juan Castro que era un sol. Era bueno pertenecer a ese grupo y hacer ese programa me daba orgullo. Ahí empecé a soltarme más, ahora ya soy yo totalmente. Me dejó una enorme tristeza por la muerte de Juan por supuesto, además ese año también murió mi papá.

¿Qué le criticás al periodismo?
En tele a veces importa más lo que pregunta el periodista que la respuesta y la urgencia hace que la consulta de las fuentes quede reducida a la nada con lo cual los rumores pasan a ser noticias. La obsecuencia y el miedo al gobierno. Me irrita que la gente se anime a ir tan poco profundo. Que los temas sean sólo los que marca el diario, o que nadie esté jugándose nada o muy poco por lo que dice. Eso extraño un poco de la época de Lanata.

¿Qué le aconsejás a quienes están empezando a estudiar periodismo?
Recomiendo que sean atentos, que estén informados, que lean los diarios y todo lo que llegue a sus manos y que vayan al cine, como me decían a mí. Hay que laburar mucho y con ímpetu. No hay imposibles. Mi experiencia me dice que se puede trabajar de esto, es difícil pero se puede. Muchas veces me fui llorando de La Nación porque no me daban pelota. Hay que pelearla.

María Julia indoor
Relax
Salgo a correr por los bosques. Estoy con mis amigos, con mi familia. No me gustan mucho los eventos y eso de andar boludeando por ahí. Vida tranquila. Voy mucho al cine o alquilo muchas películas.
Amistad
Me río con mis amigas de boludeces, de cómo bajar de peso, le saco el cuero a los tipos diciendo que son todos iguales, hablo mal de las chicas flacas. jajaja, como cualquier chica.
Viajes
Me quedo mucho en casa porque viajo mucho por laburo. En España también viajaba por todo el país. Además fui a Londres. Acá también hago muchos viajes. El haber estado afuera tanto tiempo me incentiva a estar más con mi familia, disfrutar Buenos Aires y estar con mis amigos.
Gastronomía
Cocino poco. Me gusta comer rico, con sabores. Que me cocinen. Disfruto mucho una buena comida con mis amigos. Tomar, tomo de todo.

Juli´s Web
Yesica Rodríguez de 20 años y Franco Villarreal de 17, son los responsables de la página http://www.mariajuliaolivan-web.ya.st/. Existe hace un año y recibe 1300 visitas diarias.
Los chicos siguen minuciosamente todos los pasos de la periodista y el crecimiento de su carrera. Además de la biografía, se puede encontrar una reseña del programa La Liga, de la versión española Un equipo, curiosidades y noticias. Algo así como: todo lo que querés saber de María Julia Oliván.
Ellos dicen que el objetivo de la página es que la gente y los fans puedan demostrarle su cariño e informarse sobre su trabajo. La quieren, la admiran y se nota. No sólo la bautizaron El Angel del Periodismo, sino que dicen de ella: “Julia para nosotros es una periodista fantástica, buena persona, humilde, sencilla y convierte en interesante cualquier tema”.

Para revista BK. noviembre-diciembre 2006

Literatura erótica // Calor entre líneas

Este género fantasea continuamente con las tentaciones del escritor y del lector. Deseos inconcretables, insinuaciones y palabras que rozan justo ahí..., son las principales motivaciones de estos textos que muchas veces acarician la pornografía. Una buena forma de comenzar la primavera: deshojar la sensualidad y cultivar el erotismo por medio de la lectura.






Los estímulos sexuales que van en aumento en esta época del año no son sólo visuales, lo sugerente muchas supera a lo explícito. A través de la lectura y con ayuda de la imaginación se puede penetrar en un universo erótico y sumamente placentero. Están quienes conocen este tipo de textos y hablan este lenguaje , y quienes no. Los que saben de qué se trata lo aconsejan con ganas. Hay un camino abierto para descubrir, y que mejor que hacerlo de la mano de los que saben.

La escritora Ana María Shua, autora de Los amores de Laurita (1984), vuelto a editarse este mes por la editorial Emecé, cuenta que la protagonista de su novela, Laurita, es su alter ego. “Ella puede decir todo lo que yo no digo y hacer lo que yo no me atrevo a hacer”, dice a modo de confesión. Para Ana María hay momentos profundamente eróticos en todo acto de escritura. “Son aquellos en que el escritor olvida que está haciendo un trabajo y se desliza placenteramente entre las palabras. Uno va jugando con una y con otra palabra, dando y recibiendo goce en ese acoplamiento misterioso que surge como si se estuviera produciendo por sí mismo y el autor queda convertido en un simple médium”. Ese goce erótico del que habla la escritora deja su impronta en el texto y el lector vuelve a disfrutarlo en el acto de la lectura.
El erotismo muchas veces se pasa de largo y cae en la pornografía. En este género se habla mucho sobre este delgado límite, para explicarlo Shua cita a Enrique Pessoni que comparó a la pornografía con el patinaje sobre hielo. “Al principio es maravilloso pero al final se repiten siempre las mismas figuras”. En cambio para la autora erotismo es toda forma de placer sensual o incluso intelectual.

Esta difusa diferenciación marca de alguna manera las diferentes clases de relatos que bajo la clasificación de eróticos, se hermanan en los estantes de las librerías. Es el caso de los libros de dos chicas, una italiana y una brasilera, que salieron a contar sus experiencias sexuales en una especie de diario íntimo para compartirlas con los lectores de todo el mundo. La primera fue la adolescente italiana de 20 años, Melissa Panarello, cuando escribió su primer libro Cien cepilladas antes de dormir (Emecé). En él cuenta sus variadas experiencias sexuales desde los 15 a los 17, donde ofreció sexo y probó de todo. La obra resultó exitosamente escandalosa y hasta fue llevada al cine. Después escribió otro libro menos descarnado, L’odore del tuo respiro.



En El dulce veneno del escorpión (Panda Books), la carioca Raquel Pacheco a los 21 años y bajo el nombre de Bruna Surfistinha, describió historias calientes que vivió durante los tres años que le dedicó a la prostitución y a las drogas.
Los dos libros “eróticos” se convirtieron en best sellers, ahora...¿Qué lee la gente cuando lee literatura erótica entonces, erotismo o pornografía?.
Contesta el periodista y escritor Alejandro Margulis, autor de Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma. “No hay diferencia tácita entre erotismo y pornografía, sólo hay diferencias de grado. El relato pornográfico es el resultado de una serie de explicitaciones inmediatas. El erótico, de una serie de ocultamientos y postergaciones”, dice.
Estos libros son autobiográficos y casi terminan siendo instantáneas, seguramente un poco exageradas, de las vidas de estas chicas expuestas de manera estratégica en las góndolas de los supermercados. En realidad, la mayoría de los entrevistados coincide en que depende más que nada del lector, lo que es obsceno para uno, no lo es para otro. El efecto no es el mismo para todos
Para Marcela Osa, periodista y escritora, el erotismo se toma su tiempo y puede llegar a niveles de placer exasperantes. “Una lectura te puede tener al borde del orgasmo durante varias páginas. En cambio la pornografía es directa, audaz, impetuosa. Puede ser burda, lo único que importa es ir al hecho. Las dos opciones tienen su encanto”.

Shua va al grano y cita al Marqués de Sade y a Memorias de una princesa rusa como ejemplos de pornografía, diferenciándolos de otros textos.
La literatura erótica entonces parece que pasa por otro lado. “En Francia, al orgasmo se lo llama le petit morte. Con lo cual se emula el sexo a la muerte, el eros al tánatos. Yo no sé si esa identidad es lineal, pero que se acerca mucho es indudable. Concibo la literatura erótica en esa línea de cruce: tener sexo, acabar, es morir un poco. Escribir sobre eso, eso que es el sexo, es recordar que somos seres finitos, aunque la tengamos gruesa”, relata con humor Margulis.

Una novela erótica calienta, levanta la líbido. Osa dice al respecto: “Son textos que ponen frente al lector un espejo con sus deseos sensuales reflejados que no siempre están en la superficie. Por eso un buen texto siempre sorprende por las formas que encuentra para expresar aquello que late sin nombre en nuestro inconsciente, o con nombres que no nos atreveríamos a pronunciar en voz alta”. La periodista escribe para las revistas Cosmopolitan, Playboy y Hombre y asegura que hay algo que su experiencia en este tipo de notas le demostró y es que, en general, falta información concreta para conectarse con el placer. “Se da por sentado que somos amantes innatos, o por inspiración, y que no existen rollos capaces de anular un orgasmo. Pero en la vida real no es así”.

Un texto cargado de erotismo da al lector un apoyo para promover sus propias fantasías que surgirán en la medida en que esas sugerencias y vaivenes del relato lo vayan seduciendo. Leer relatos sexuales puede ser una forma más de obtener placer y expandir la imaginación en búsqueda de nuevos goces. Para Margulis, la buena literatura erótica es la que logra que un lector que está incentivado para leerla, encuentre en esas líneas lo que está buscando: excitación.

Red Red Web

Internet es un buen lugar para encontrar literatura caliente y leerla on line. Aunque leer desde la pantalla no parezca muy excitante, Alejandro Margulis lo aconseja diciendo: “Te deja las manos libres. Más si tenés la compu cerca de la cama...”. Desde el sitio que dirige, Ayesha literatura (http://www.ayeshalibros.com.ar/), el escritor trabaja para que funcione como un espacio de proyección internacional para los escritores de habla hispana. En esta página pueden encontrarse en formato digital muchísimos libros de todo tipo, entre ellos el escrito por él: “Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma”. Es un relato sobre la intrigante relación de dos hombres, uno de ellos casi adolescente. También una novedad, la antología irónica y humorística de Wenceslao Maldonado llamada Entre Afrodita y Eros, Deseo, Amor y Sexo en la poesía de Grecia y Roma.
Hay muchas páginas sobre literatura en la web, pero pocas sobre este género. Una de ellas es http://www.aerotica.com.ar/, que hace foco en el cruce creativo entre el erotismo y el arte. Existe hace cinco años y hoy alcanza un promedio de 500 visitas diarias. Miguel de Nichilo, el coordinador, asegura que internet es una buena herramienta para difundir literatura, ya que muchas veces el éxito de un libro depende de la difusión que monte la editorial sobre los autores. Para él, tanto en el erótico como en cualquier otro texto literario, la verdad pasa por la buena o mala escritura. “Los límites son imprecisos”, dice. Por eso a veces el marketing o la prensa ayudan aunque la obra no sea genial.

¿Cuáles recomiendan los escritores?

Alejandro Margulis:
Filosofía del tocador, del Marqués de Sade (para leer de a tres, un hombre y dos mujeres, en voz alta).
La historia de O, de Pauline Reage (para leer en la playa, con las manos de ella atadas).
Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma, de Alejandro Margulis (para leer en pantalla, con las manos libres).

Ana María Shua:
Amatista, de Alicia Steimberg (fantasías y humor).
Viajando se conoce gente, de Ana María Shua.

Marcela Osa:
Delta de Venus, de Anïs Nin
El colmo de la inmoralidad, del Marqués de Sade.

Miguel de Nichilo:
La motociclista, de Pierre de Mandyargues.
El Satiricón, de Petronio.

Para revista BK. septiembre-octubre 2006

Otra vuelta por el Italpark


Alguna vez fue el gran parque de diversiones argentino, como lo llamaban los diarios de hace más de veinte años atrás. En Callao y Libertador, donde la fiesta de luces y la variedad de colores más excéntrica se mezclaban para recrear un mundo de fantasía, hoy sólo resalta el verde del Parque Thais.

La desolación y el silencio que dejó el Italpark es de alguna manera superficial y se puede comprobar en cuanto se investiga y se charla con el que fue su público. Solo basta con mencionarlo y después todo comienza a fluir.

Hay una banda, Don Adams, que le hizo un homenaje. El tema se llama, por supuesto, Italpark. Muy ochentoso y melancólico, apunta directo al recuerdo de épocas felices. Una de sus estrofas pone en palabras mejor que nadie lo que el parque significó para más de una generación. Dice así: “No tengo la maquinaria / Ni algún rulemán / Cualquier souvenir me alcanza / Para materializarte”.Y esos sourvenirs están desparramados por todos lados. Los más raros se subastan en internet. Cuponeras de los juegos de 100 a 200 pesos, fichas originales de los juegos a más de 200, unas pocas malas fotos a 40 pesos y unas remeras comunes pero con la inscripción del nombre del parque a 25 pesos. Hay otros más valiosos y no tienen precio.

Perdido en un foro donde se discutía el nombre verdadero de la montaña rusa “nueva” está Cristian Crovato de 28 años, hijo de Antonio, un trabajador del parque durante treinta años. Cristian pasó toda su infancia en el Italpark, su abuela era boletera y su padrino tenía un puesto de venta de muñecos. Lejos, las mejores anécdotas y los secretos más divertidos del detrás de escena del parque.“Tengo los mejores recuerdos de mi vida, crecí en el parque, yo creo que debe ser comparable a la gente que crece viviendo en un circo. Éramos como una gran familia”, cuenta y recuerda que cuando llegaba al Italpark, lo primero que hacía era buscar a algún compañero de su papá y le pedía que lo ubiquen por radio para ir verlo. “Lo podía encontrar en algunos de los talleres, a lo mejor estaba debajo del samba o adentro del tren fantasma que también tenía un taller”. La anécdota más divertida de Cristian es cuando iba a buscar a su papá al tren fantasma se subía en el coche como todo el mundo pero una vez adentro, a la altura de donde sabia que estaba el taller oculto, se bajaba y se quedaba ahí un rato largo. “La gente veía entrar un coche con un chico y al ratito salía el coche vacío”, dice con picardía.

El parque que abrió en 1960 tenía más de 35 juegos en su mayoría hechos por sus dueños, los hermanos Zanón, que lo llamaron Italpark en honor a su tierra natal. Luis y Adelino Zanón emigraron de Italia con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Se quedaron sin trabajo, fabricaban misiles para Japón y Alemania. El destino elegido fue Uruguay donde modernizaron e hicieron crecer el Parque Rodó de Montevideo. Después de unos años se les presentó la oportunidad de venir a Buenos Aires cuando ganaron la licitación del predio donde levantaron el Italpark, que al principio tenía sólo los juegos traídos de Uruguay. De a poco el parque comenzó a funcionar muy bien y a los cinco años de su inauguración ya era un éxito total.


Muchos tienen una galería de imágenes de aquellas épocas en la cabeza, de esas jornadas que alternaban juegos, colas, gaseosas y amigos durante varias horas. “Me acuerdo como si fuera hoy que cuando comenzaban las vacaciones de invierno íbamos como destino fijo al Italpark con mis compañeros del colegio. Nos tomábamos el tren hasta Retiro y de ahí caminábamos varias cuadras por Libertador hasta la puerta. El juego que más nos gustaba era el matter horn que estaba todo el tiempo a punto de darse vuelta por completo. Había dos montañas rusas la vieja como la llamábamosnosotros que tenía carritos sueltos y de golpe caía al vacío ¡qué sensación de vértigo y el estómago que se te bajaba uh!. La nueva era como un tirabuzón, te dejaba con la cabeza abajo... cuánta adrenalina!! Igual el más divertido era el samba, no parábamos de reirnos desde que subíamos hasta que nos bajábamos. Terminábamos todos cansadísimos comiendo waffles de dulce de leche en The Embers o en Pumper Nic”, dice con añoranza Karina Mena de 36 años.

Autos chocadores, Autos sprint, Dumbo, Matter Horn, Pulpo, La Gruta de los fantasmas, Samba, las Tazas, el Barco, Twister y el Laberinto del terror son los juegos más recordados por la gente a la hora de poner a prueba la memoria. Pocos se acuerdan de las publicidades, pero algún señor cuenta en un foro que una de las más conocidas decía: “Papito llevame al Italpark...uhuh. Mamita llevame al Italpark uhuh. Yo quiero andar en los autitos chocadores, las sillas voladoras y muchos juegos más". Y otra más: “Todos lo conocen a Máximo Disfrute, Máximo Disfrute está en el Italpark. El Italpark es grande, ¿adónde lo encontramooooooooos? En los ojos de tus hijos lo hallarás". Hoy estos jingles suenan decadentes, pero eran otros tiempos... la época de mayor esplendor del parque fue durante la década del ochenta, pero anteriormente había funcionado en plena dictadura militar.
“La montaña rusa nueva se llamaba Corkscrew”, sentencia Cristian en el foro, que no deja de asombrar con sus historias y conocimientos sobre el parque. “Mi abuela tenía un amigo en común con mi papá, así se conocieron y así fue que ella los presentó. Mi mamá tenía 16 años y mi papá de 33. Se enamoraron y se casaron. ¿Dónde hicieron la fiesta? En el Italpark claro, ellos siempre dicen que faltó que uno de nosotros hubiese nacido en algún juego y la historia sería totalmente fuera de lo común”, se divierte Cristian.

Muchos chicos cruzaban la capital y más para llegar al parque, otros estaban más cerca de la diversión. Carlos Goldín, que hoy tiene 35 años estaba a un paso, envidiable lo suyo.“En 1981 vivía a tres cuadras e iba con mis hermanos Paula y Juan. Recuerdo casi con exactitud todo el parque, lo primero que había era un juego en miniatura para estacionar un auto y a lo último la montaña rusa con loop, todo un logro para la época sobretodo comparándola con la vieja Super 8 Volante. Pasé muchas horas ahí y comí infinidad de copos de nieve. También recuerdo que de tanto en tanto a mi mamá le regalaban unas chequeras gratis. La entrada a los juegos eran fichas de colores y el tren fantasma siempre pero siempre me pareció un cagada”. Un dato curioso es que los autitos a escala que recuerda Carlos, fueron creados y vendidos a los dueños del parque por el papá de Cristian. Se manejaban con un volante tipo control remoto y si se chocaban contra la pared mientras se entraban a una cochera, hacían sonar una alarma.

La fiesta Italpark no estaba económicamente al alcance de todos, para algunos ir era un acontecimiento poco cotidiano y tener la chequera completa era un sueño hecho realidad. El parque funcionaba también como locación para diversos espectáculos. Se filmaron películas de Olmedo y Porcel, Carlitos Balá y los Superagentes. También pasaron por ahí Los Parchís, que en los ochenta eran furor en nuestro país.

Historia graciosa es la de Karina Aguirre. “En séptimo grado cuando nos rateábamos o los fines de semana, nos íbamos con mis compañeros al Italpark. En el barco, supuestamente encantado, cuando pasabas por los pasillos oscuros y con pisos movedizos siempre había algún piola que te tocaba el culo”, dice. “Cuando fui al laberinto del terror empecé a sudar frío...no me preguntes por qué pero me empezó a agarrar pánico, además decían que en las puertas que se suponían salidas de emergencias en realidad había mounstros esperándote. En un momento había un pasillo que terminaba en una jaula y ahí pegaba la vuelta, de la jaula salía un mounstruo horrible que te corría unos metros y volvía a la jaula... yo quedé atrás mirándome con el mounstruo que había cerrado la jaula pero que cuando yo amagaba a pasar sacudía los barrotes. Me moría de miedo entonces empecé a decirle: señor, yo se que abajo de ese traje usted es una persona, pero yo tengo miedo, por favor, déjeme pasar, no me haga nada” .


“El laberinto del terror era una carpa con gente disfrazada que iba recorriendo diferentesambientes”, dice el chico Italpark, o sea Cristian. “Se juntaban grupos de personas y se los mandaba adentro. En medio de los decorados salían los pibes vestidos de diferentes bichos y te pegaban un buen susto, nunca sabías de donde te iban a salir, te aseguro que a mucha gente la tenían que socorrer y sacarla por una salida de emergencia, algunos hasta lloraban.Yo me quedaba atrás de todo del grupo e iba como ellos por el recorrido establecido, con la diferencia que yo ya conocía los lugares en dónde estaban los mounstros, así que me divertía mucho viendo la reacción de la gente. Aunque tengo que aceptar que cuando entraba solo, por más que sabia como era todo, igual me asustaba bastante”.


Marcelo Bordoli hoy tiene 39 años. Entusiasmadísimo comienza a hablar sin parar: “Era como tocar el cielo con las manos. Recuerdo que antes de las vacaciones de invierno en el colegio nos daban un pase de regalo que contenía tickets para algunos juegos (generalmente se repetía el juego menos taquillero). Entonces nos juntábamos un grupo y algún sábado por la tarde nos tomábamos el 17 que decía Wilde – Italpark”. Su juego preferido era el Super 8 Volante. “Era la única montaña rusa, después pusieron la nueva que era más o menos como estar en un simulador de la NASA, tenía un recorrido corto pero muy vertiginoso con un doble tirabuzón que ponía en juego la retención en el estómago del pancho y la coca”, dice y asegura que eran momentos de felicidad pura. “En esa época no había mucho para elegir en ese rubro. El Italpark no tenía competencia y eso se reflejaba en el precio”.

Fin del juego

”El Italpark no tenía competencia”... y eso se notó más que nunca cuando la tarde del 29 de julio de 1990 la muerte de una chica de 15 años en el juego Matter Horn terminó con la diversión de uno de los lugares más emblemáticos para los de más de 25 años. El accidente primero determinó la clausura provisoria del parque y cuatro meses después del hecho, el Italpark fue definitivamente cerrado porque además el municipio, con Carlos Grosso a la cabeza, no renovó el contrato del predio. “Pedían mucha plata a cambio”, confiesa el ex empresario. Fernando Meliharek estuvo ese día trágico, en ese lugar y en ese momento, exactamente haciendo la cola para subir a ese juego. No lo pudo hacer. Después todo pasó a ser historia y la familia de la víctima indemnizada.

Dicen que el destino de los juegos del parque fue variado. La montaña rusa nueva en algún parque brasilero, varios juegos vendidos al Shopping Sur donde hoy funciona un supermercado francés y otros desarmados y a la intemperie en el predio de una fábrica de cerámica que perteneció a Zanón y que en el 2001 le fue expropiada por los obreros, quienes la manejan hasta el día de hoy. Un panorama demasiado desolador y destino ingrato después de tanta alegría.

El otro día caminé de noche el trayecto desde el Parque Thais hasta la estación Retiro junto a mis sobrinos que iban corriendo y gritando alrededor mío. La misma caminata que durante treinta años y con el paredón de testigo, caminaron miles de chicos y familias en busca de diversión y un poco de adrenalina. Luis Zanón, que hoy tiene 86 años recuerda: “Era una caravana constante, no paraban de llegar chicos y chicas caminando por esa vereda”. Por un momento cerré los ojos y volví a estar en el Italpark y soñé despierta que al costado de la Av. Libertador, anchísima como la veíamos cuando éramos chicos, todavía estaba ese lugar ideal para jugar y soñar. Fue un instante, después abrí los ojos y me despedí: ¡Arrivederchi Italpark!

El homenaje de la banda Don Adams

Italpark

Caminar por esa plaza
Me hace mal, igual
Cómo me vas a comprender vos
Si ni siquiera te acordás
Sigue ahí, en una foto Polaroid, lo vi.
Cómo quisiera transportarme hacia 1986.
No tengo la maquinaria. Ni algún rulemán.
Cualquier souvenir me alcanza
Para materializarte
Italpark, te pido un pasaporte sideral.
Algún pasaje en Super 8
Super ochenta, Superman
Italpark, te pido un pasaporte sideral
Para el consuelo de la gente
Super 86
Super 86
Super ochenta y...

Para revista BK. noviembre-diciembre 2006

Tragos de invierno // Mezclas más elaboradas

Una copa es garantía para entrar en calor. Los tragos que se preparan en esta época del año llevan mayor graduación alcohólica ya que sus principales ingredientes son los licores. La variedad para el frío es más amplia que en otras estaciones.
“La tendencia de licores cremosos, densos, aguardientes y lo que te haga entrar en temperatura es lo mejor”, explica el barmanager Martín Alberto Hagberg, encargado de la barra de Dubliners Irish Pub de Palermo Viejo. Sin embargo, dice que los tragos que más se consumen en el pub sin importar la época del año son: Fernet con cola, Daiquiri Frozen, Cuba libre y Gin Tonic, además de las distintas clases de cerveza.
Según el barman Claudio Roberto Gambeta, bicampeón argentino y miembro de la Asociación Mutual de Barman y Afines de la República Argentina (AMBA), durante el invierno se toman más los tragos con licores de chocolates y una buena base alcohólica como vodka y ron. También los cafés especiales tienen su lugar reservado en esta estación. Para él hay que atreverse a las especias como canela y jengibre que aportan muchas calorías.
Las llamadas bebidas espirituosas son las que contienen alcohol pero que no son de la familia del vino ni de la cerveza, aunque varias de ellas tengan origen vínico. Martín habla de estas bebidas como coctelería piola y casera. También hace una diferencia entre lo que toma el público que va a un boliche y el que frecuenta bares y pubs. “El público de boliche consume tragos de rápida preparación y muy dulces, en cambio el de los bares generalmente tiene más conciencia de lo que es el beber. Apuesta más a la coctelería clásica, que está diseñada con medidas justas para que con uno o dos tragos uno pueda sentirse satisfecho”.
De todas maneras, los tragos según los gustos de cada uno, son el elemento infaltable a la hora de reunirse con amigos, en una noche de amor o en una sobremesa especial. Todos están creados en función de los momentos en que son bebidos.
Por eso, para disfrutar durante el invierno, los bartenders y especialistas en coctelería sugieren una variada oferta de tragos ricos y fáciles de preparar para pasar la estación más fría. Antes, un consejo: Tené en cuenta que el respeto de las medidas tiene que ver con el consumo responsable de alcohol. Ahora sí, a probar.

Invierno (de Víctor Hugo Buhler)

Triple Sec, Coñac y Zumo de Naranja
Tomá una copa de coñac agregale una medida de triple sec, encendelo, hacé girar la copa en tu mano, luego que la copa este caliente apagalo, agregá media medida de coñac y tapalo. Mezclá los licores en la copa con un suave movimiento. Destapá y perfumá con el ácido de la piel de la naranja. Tapalo de nuevo y encima poné un bombón y un habano.


White Russian
50% de vodka
30% de licor de café
20% de cremaSe prepara directo, no se bate en coctelera y se sirve en vaso Old Fashion (muy similar al vaso de whisky).


Beso de ángel
Tía maría (licor que se fabrica en Argentina pero es originario de Jamaica contiene licor de café con ron) y crema.


Bayles coffe
Baileys previamente calentado (es un licor de origen irlandés a base de wisky irlandés, cacao, crema y esencia de vainilla).
Se le agrega café, crema y arriba chocolate rallado.


Alexander
Un tercio de gin, un tercio de licor de crema de cacao blanco y un tercio de crema. Se bate y se sirve en una copa cóctel (la triangular). Trago bastante dulce. Ideal para el momento del postre.


Saltamontes
Batir en la misma copa un tercio de crema, un tercio de licor de menta verde y un tercio de licor de crema de cacao. Suave sabor y textura cremosa.

Kirr Royal
Un golpe de crema de cassis (fruto rojo del bosque) y champaña. El trago de la realeza, perfecto para ser servido a las seis de la tarde como lo hace el Hotel Ritz de París.

Catherine (de Claudio Roberto Gambeta)
Cashasa, licor de banana, licor de melocotón y crema de leche. Espolvoreado con canela.

Café mexicano (de Claudio Roberto Gambeta)
A base de tequila, café, crema y pimienta.

Golosina
En un vaso largo poné dos hielos posta, después llenás con poco menos de 2/3 de licor de huevo. El resto lo dividís entre licor de dulce de leche y licor de chocolate. Se le puede poner un toque de vodka.

Baileys con helado de moka.


El show: los flambeados
Hay un agregado a la coctelería clásica que consiste en revolear botellas con poco líquido (flair) o llenas (working flair) a modo de show que ofrece el barman como complemento, mientras prepara el trago.
Satanás
Para evaporar una parte del alcohol, se prenden fuego Vodka, Tía María, Triple Sec y Granadina (jarabe de granada). La mezcla que surge es rojiza y espesa y el solo aroma invita a probarlo.
Dato: Martín Hagberg cuenta que el famoso Satanás es mal preparado en un vaso de trago largo, ya que fue diseñado para tomarse en un chupito (el vaso chiquito en el que se toma el tequila).
Cucaracha
Se calienta el chupito primero para que se prenda y después se agregan Tequila y Tía María.


Los de las cuatro estaciones
El clásico Destornillador (vodka con naranja) se toma todo el año. Lo mismo el Fernet con cola, el Gin y los aperitivos, producidos a base de vino o los amargos, los energizantes; y el tradicional whisky.
El Bloody Mary, según los especialistas se toma mucho a media mañana. A base de vodka, jugo de tomate, sal de apio, pimienta, salsa tabasco, salsa inglesa y unas gotas de jugo de limón, se sirve en vaso Old Fashion. Es un trago para la resaca, para reponerse del exceso de alcohol.

Cerveza siempre
En Argentina es prácticamente bebida nacional. Cervezas de invierno se consideran las rojas y negras por su mayor graduación alcohólica en comparación con las rubias.
Variedades hay muchas y graduaciones también, aunque los que saben dicen que las mejores cervezas vienen de Bélgica. Allá, además, se hacen las cervezas de Abadía como la Chimay. Esta marca es fabricada por los monjes Trapenses en los monasterios. Son cervezas de alta graduación alcohólica (7° en adelante). Los monjes Cistercienses Trapenses de Chimay desarrollaron en 1862 la producción de cervezas y quesos trapenses y lo siguen haciendo hasta la actualidad, prácticamente sin pausa.
Una de alta graduación es la Stella Artois, ahora fabricada por Quilmes bajo licencia belga con alrededor de 8°.
Las Ámsterdam, de origen holandés, son rubias y hay tres variedades: de 6.8 °, de 8.4° y de 11.6°. Esta última se acerca en graduación alcohólica a una botella de vino.
Aunque los argentinos como los brasileños tomamos la cerveza bien helada, no es lo común en el resto del mundo, en otros países se toma a temperatura ambiente.

Para revista BK. julio-agosto 2006

Juan Pablo Zaramella // A puro stop motion

Esta técnica, una variante dentro del cine de animación, hace que objetos que están estáticos parezcan estar en movimiento. Con una cámara de video que graba un solo fotograma cada vez, una paciencia infinita, mucha fuerza de voluntad y muñecos de plastilina, Zaramella realizó el multipremiado corto Viaje a Marte.

Es similar a la animación de dibujos animados. Un gran pionero en esta técnica fue Willis O´Brien, quien animó King Kong. En los ochenta, la técnica fue usada por Tim Burton que creció mirando las películas con los efectos especiales de Ray Harryausen, en sus cortos para Disney, de los cuales Vincent es el primero y al principio de los noventa realizó La pesadilla antes de Navidad. En el último tiempo el stop-motion ha sido usado en los trabajos de Aardman Animation, incluyendo Wallace and Gromit (Wallace y Gromit ... y sus amigos) y las más recientes Chicken Run (Chicken Run: Evasión en la granja) y El cadáver de la novia, de Burton.

Alguien dijo alguna vez que la animación en plastilina es el medio perfecto para plasmar las emociones humanas. Quizás ese sea el motivo por el cual Viaje a Marte lleva ganados más de 30 premios en todo el mundo.

¿Por qué Stop motion?
La verdad no sé. La plastilina es fantástica porque permite hacer casi cualquier cosa. Se pueden reproducir personas, objetos, de todo. No hay límites para la imaginación. Estudié todas las técnicas de animación y con la que más me enganché fue con los muñecos de plastilina. Siempre me gustó mucho la animación de muñecos, cuando era chico no había mucho de eso y me re colgaba, me llamaba mucho más la atención que cualquier otro tipo de imagen. Ahora hay muchísimo más para ver, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, que es uno de las grandes productores de Stop motion del planeta.

¿Qué otra forma de utilizar la técnica existe además de la plastilina?
La pixelación. Se hace con actores a los que se anima cuadro por cuadro, es como una rama del stop motion. Se pueden animar objetos, por ejemplo una taza de café, moverla cuadro a cuadro y sacarle fotos.

¿Cuánto tiempo te llevó realizar Viaje a Marte y cómo surgió la idea?
Dos años. La idea es de Mario Rulloni, amigo y guionista de la película. La historia está basada en una vivencia de la infancia de él y que sirvió como base para el desarrollo de esta historia fantástica. Tiene el poder de la fantasía de un chico y porque no de un grande también. En lugar de querer conocer California, como le pasó a Mario de chico, Antonio, el personaje quiere conocer Marte. Cambiamos el destino porque al tratarse de animación la idea es justificar de la mejor manera posible la técnica ya que no contás con las limitaciones que tenés en una filmación real. El destino se convertía en algo más exagerado e interesante.

Fueron dos años de mucho trabajo entonces...
Sí, el guión llevó de tres a cuatro meses, igual a los dos meses comenzamos a hacer las maquetas de lo que iba quedando.

¿Las maquetas las arman ustedes también?
Sí, con mi mujer Silvina que hizo varios talleres de arte y conoce muchas técnicas para modelar y para crear objetos. Alejandra, la mujer del guionista, también ayudó en la producción.

¿Fue filmado en forma cronológica?

No, fue hecho de la manera más cómoda. Cuando se armó la maqueta de Marte filmamos a Antonio de chico y su vuelta de grande, por ejemplo.

¿Hay que tener mucha paciencia no?
Si, y voluntad. Es difícil sostener algo que estás produciendo vos mismo durante dos años. Muchas veces pensamos que no íbamos a poder superar algunos obstáculos, sin embargo se fueron resolviendo. Durante gran parte del proceso, yo trabajaba medio día como dibujante en Clarín y cuando llegaba a casa me ponía a trabajar con la película.

¿Es cara la Stop Motion?
No es más cara que la animación en 3D o en dibujo, siempre hablando de calidades equiparadas. La animación sale lo que sale por todo el trabajo que implica y el tiempo que lleva. Requiere de mucha calificación del equipo que la realiza.

¿De qué están hechos exactamente los personajes?
Todos los protagonistas tienen partes de látex y parte de plastilina. El cuerpo, lo que se ve como ropa, es látex. Los hicimos así para hacer más complejos los personajes, porque si eran todos de plastilina se hacía muy difícil y se necesitaba hacer mucho retoque y preparación para cada cuadro. Cada vez que tocas el muñeco se marca, se deforma o se mezclan los colores.

¿Para las voces, tenían ideados primero los personajes o pensaron en las voces antes?
Una vez que tuvimos todos los personajes y de acuerdo al tipo de historia que queríamos contar nos pareció que lo ideal era que las voces fueran lo más naturales posibles. Por eso buscamos personas que se asemejen a las características del personaje y no actores tratando de imitar.

Las voces fueron un hallazgo....
Si, verdaderamente. La maestra es la típica maestra argentina y se nota, no podía ser de otra manera.

¿Te sorprendiste con la cantidad de premios que recibió Viaje a Marte?
En realidad nosotros siempre confiamos en el proyecto, aunque antes de empezar a filmar lo presentamos en muchas becas y no tuvimos suerte con ninguna. Eso nos hizo dudar un poco, pero la suerte cambió con el trabajo terminado.

Ese clima de set de filmación típico del cine no está en la producción del cine de animación. ¿Qué tiene de pro y qué de contra?
Generalmente no tiene nada que ver con el set del cine tradicional. En el cadáver de la novia o en Wallace y Gromit, grandes producciones, se trabaja con un animador y un asistente, también alguien de iluminación pero no más movimiento que ese. Falta clima de set pero no es malo.

¿Cómo ves a la animación en Argentina?
No sé. Yo hago lo que me gusta y punto. Se está haciendo bastante, hay muchos trabajos independientes y cuesta que esa animación llegue a los grandes medios. Los medios no invierten en animación, no compran animación. Telefé me pidió Viaje a Marte para el programa de cortos y no se lo di. Fueron dos años de trabajo y de mucho esfuerzo, para darlo así porque si.

¿Cómo fue que la Fundación Huésped te encargó un corto para una campaña de prevención?

Me dijeron “tenés que tocar tales y tales temas”. Los respeté y hubo buena onda. Tuve total libertad y el corto por suerte parece que gusta. No queríamos caer en un sermón, aunque el mensaje finalmente fuera una recomendación. Sólo elegimos mostrar cosas que pasan en la realidad. Había poco tiempo, así que los muñecos que usamos son muñecos rígidos, con soporte de alambre y tela, casi sin rasgos, y con una bola de madera como cabeza. Fue todo un desafío: muñecos sintéticos y escenografía básica.

¿Qué quisieras hacer más adelante?
Probar cosas nuevas, quizás combinar actores y animación. Ahora estoy haciendo publicidades, siempre estoy escribiendo y anotando ideas pero nada propio por el momento.

¿Quiénes son tus referentes?
Bill Plinton, un norteamericano que hace animación de cortos y largos independientes, humor disparatado y anti hollywod. El mismo vende sus dvds en los festivales. En largos la persona que más admiro es el japonés Hayao Miyazaki, director de El Viaje de Chihiro.Algo de Tim Burton, igual los largos animados no me fascinan, no si la animación es el mejor formato para un largo. El cine animado existe por el mercado infantil, que es muy grande. Con el tiempo eso está cambiando un poco y en los últimos años se puede pensar en la animación como algo que puede ver un adulto.
Viaje a Marte no la pensamos para chicos. Es más pensamos que a los chicos no les iba a gustar porque quizás hay mucho contado de manera visual y no explícita. Sin embargo parece que les gusta.

No tiene los tiempos de una película infantil...
No, es más, el final es ambiguo y no se que les pasa a ellos cuando lo ven. Es un poco inexplicable lo que pasa con los chicos y Viaje a Marte. La ambigüedad no es para productos infantiles, sin embargo ganó muchos premios en festivales para chicos. Mucha gente me dice que la película les gusta por igual a los padres, a los hijos y a los abuelos.

Todos soñamos alguna vez, quizás es como dijo Juan Pablo al inicio de esta nota: “Viaje a Marte tiene el poder de la fantasía de un chico y porque no, de un grande también”.


La carrera del Director

Nació el 7 de abril de 1972 en Buenos Aires, Argentina.
Estudió dibujo en la adolescencia en la escuela de Garaycochea. Lo anotó su papá, después se enganchó. Quería ser humorista gráfico.
Intentó comenzar a estudiar Cine en el Instituto del Cine, pero rebotó.
Quiso estudiar cine en el Instituto de Cine de Avellaneda, pero se quedó sin vacantes.
Terminó estudiando Cine de Animación.
Egresó del Instituto de Cine de Avellaneda como Director de Cine Animado.
Comenzó su carrera haciendo animaciones para publicidad.
Colaboró con el diario Clarín haciendo ilustraciones e infografías, algunos de estos trabajos obtuvieron numerosos premios de la Society of News Design (SND) y Malofiej (España), entre otras instituciones.
Realizó los cortos animados: El desafío a la muerte (2001), El espejo tiene mil caras (Nickelodeon 2001), El Guante (2001), Viaje a Marte (2004), Sexteens (Fundación Huésped 2006). www.zaramella.com.ar


Para revista BK. mayo-junio 2006


Jugar Rol

La imaginación es el gancho de este juego que promueve la socialización, amplía la imaginación, induce a la lectura y enseña a respetar las leyes de la convivencia. Cada uno de los jugadores toma el papel de un personaje que vive en un determinado mundo de ficción. La mayor diversión es que los roleros representan un personaje para cumplir una misión en común.



El Juego de Rol se juega en sesiones que suelen durar entre cuatro y cinco horas, con más o menos cinco jugadores y un director. Los roleros se sientan alrededor de una mesa, como en los juegos tradicionales, la diferencia es que en el juego de rol el tablero es un universo imaginario, un mundo de fantasía épica, un futuro muy lejano o un presente extraño y oscuro.

En la planilla hoja de personaje están registradas las características de cada uno. En ella hay un montón de números que definen la fuerza o la inteligencia de esos personajes. Casi todo lo que estaría en la vida real ligado a una habilidad, en el juego de rol está medido de una u otra manera con un número. No existen las prendas ni nada parecido, nadie es obligado a nada. Es un juego cooperativo, donde nadie gana a nadie, sino que se juega en colaboración y conjuntamente.
Se utilizan dados de distintas caras según cada sistema de juego, los cuales se usan para resolver las acciones que quiera realizar el personaje o los personajes no jugadores, que son los manejados por el Director de Juego (DJ), Narrador o Master que los hace aparecer en la aventura.
El DJ es el que maneja las acciones y decisiones de todos los demás personajes. Decide también cómo es el mundo, el guión de la aventura que se juega, y todo lo que no sean las acciones de los personajes jugadores. De todas maneras, la historia no es absolutamente manejada por él, es flexible como son las decisiones de los roleros. Los masters suelen dirigir la misma historia para distintos grupos de jugadores, pero rara vez se repite el mismo final. Utilizan toda su imaginación al servicio del juego. Se encargan de preparar la trama, las escenas dramáticas, los amigos y enemigos. Podría decirse que los jugadores son el alma del rol y el narrador es la mente del juego.
Existen muchos juegos de rol, cada uno con un universo propio creado o por crear. Se destacan Star Wars (basado en la famosa trilogía), La llamada de Cthulhu (EE.UU. 1920, con el terror de H.P: Lovecraft), James Bond 007 (con personajes del MI-6), El Señor de los Anillos (se juega en la Tierra Media de J. R. R. Tolkien), RuneQuest, Advanced, Dungeons & Dragons, Rolemaster y otras extravagancias.
Lo que hace de este juego algo tan especial es que los personajes pueden hacer lo que quieran, el límite es su imaginación y esto no es siempre lo que un narrador espera. Por eso muchas veces esto obliga a adaptar las acciones de los jugadores a una nueva propuesta que enriquece la aventura y convierte al juego en algo apasionante. La cuota de fantasía que lo domina, es la que permite sumergirse en esos mundos imaginarios mediante los personajes y ser parte de ellos.

Vida rolera

Alejandro Fernández tiene 42 años y juega rol desde los años 80. Es miembro del grupo La Cofradía del Sur y dice que el juego es el mejor ejercicio para ejercitar la imaginación. “Es un juego donde las opciones son infinitas y por lo general te lleva a socializar con los demás jugadores, además de brindarte muchas horas divertidas de entretenimiento en grupo”, asegura. Como jugador, su favorito es La llamada de Cthulhu. “Sin duda el mejor juego de rol”, cuenta Alejandro. Como director, sin embargo, se inclina por El Señor de los Anillos. “Lo disfruté mucho durante estos últimos años porque la saga de Tolkien hace ejercitar mucho la imaginación”.
En sus comienzos de rolero no había muchos grupos, el primero fue El Dragón de Humahuaca que se dedicaba a contactar gente para que pudieran jugar. Era complicado conseguir el material, tanto por su escasez como por su precio; un manual básico se pagaba 90 dólares. “A partir de abril de 1994 junto con un grupo de amigos y jugadores de rol abrimos el primer club de rol en el gimnasio de un amigo; realmente no sabíamos que podía pasar o si iba a venir alguien pero por suerte vino gente y desde entonces aún el club sigue abierto y nos dio muchas satisfacciones”, comenta.
Actualmente existe un merchandising apoyado en esta actividad. Editoriales que sacan módulos y juegos nuevos, fabricantes de miniaturas, dados, revistas especializadas y figuritas. Si bien no hay restricción con respecto a la edad de los jugadores, se aconseja que sean mayores de doce años. “Sé de escuelas que tienen actividades de rol con sus alumnos de primaria y tienen muy buenos resultados; aunque por lo general los jugadores muy chicos necesitan de más paciencia por parte del director de juego”, dice Fernández.
Para el fundador de La Cofradía del Sur, los jugadores de rol se caracterizan por ser personas amantes de lo fantástico y en su mayoría lectores habituales, aunque cada vez las nuevas generaciones de jugadores son más reacias a leer. En cuanto a si los hombres juegan mejor que las mujeres Alejandro dice: “Si bien hay más jugadores hombres que mujeres, no necesariamente son mejores; de hecho una mujer en la mesa aporta mucho al juego ya que tiene diferentes puntos de vista y experiencias que los hombres y eso enriquece el juego". El target de los roleros se fue diversificando con el tiempo, antes sólo era para algunos elegidos, pero a través de la tarea de clubes y diversas actividades se fue difundiendo más aunque nunca llegó a ser masivo. “La mayoría de los jugadores suelen ser personas de clase media para arriba con un buen nivel de lectura y que tienen el tema fantástico bastante trabajado o leído, o al menos le interesa o seduce en algún punto”, comenta Fernández.



Nació, creció. No murió

Todo comenzó en la década del 70 en Estados Unidos con un zapatero de Wisconsin llamado Gary Gygax, inventor del universo de Dungeons & Dragons, el primer Juego de Rol. De ahí en más se han ido creando otros juegos con reglas y universos distintos. En sus comienzos Calabozos y Dragones empieza a entrar en la mente de un público universitario que busca un entretenimiento nuevo y alternativo en Estados Unidos.

Mientras tanto, en Argentina, los juegos de rol entraban acompañados de los jugadores de juegos de guerra y de revistas que impulsaron formas de expresión libres y originales. Esto sucedió a fines de los 80 y principios de los 90. Se empezaban a conocer los primeros increíbles, misteriosos y, para algunos, míticos libros de Juegos de Rol, en unas pocas librerías situadas sobre la Av. Santa Fé. Por ese entonces se decidió hacer el primer CONJURO (Concilio de Jugadores de Rol). Se hizo en el gimnasio Magic de la calle Dorrego al 2900. El Dragón de Humahuaca también sacó la primera revista de Rol. Ya en 1993 la movida rolera no paraba de organizar partidas. Por ese entonces la movida era más fuerte que ahora, se organizaban jornadas de rol que convocaban a más de trescientos jugadores, también había clubes de rol por todas partes que ofrecían a los curiosos e interesados una oportunidad para jugar y conocer el juego.


En esa época de expansión, en abril de 1994, los juegos de rol fueron señalados como responsables de una tragedia. En Madrid, dos chicos de diecisiete y veinte años mataron a un trabajador argumentando que jugaban rol. Este hecho repercutió por todos lados y la prensa con poca información empezó a decir que los juegos de rol eran peligrosos y que la gente que los jugaba podía llegar a matar.
Alejandro recuerda el suceso y dice: “Estos tipos no estaban jugando, fueron y mataron a una persona; el juego de rol en ningún momento incita a la agresión, de hecho no es una opción siquiera”. La poca prensa de estos grupos, hizo en este y otros casos menos dramáticos, que no pudieran hacer un buen descargo sobre las falsas amenazas del juego.

Según Jennifer Wilkes de la organización Car-Pga (Comité para el progreso de los juegos de rol) tras unas investigaciones, para encontrar si existe alguna correlación entre jugar a estos juegos y determinadas patologías, o efectos en la personalidad de los jugadores, en ninguno de estos estudios se encontró correlación alguna y llegaron a la conclusión de que los jugadores son un grupo de población completamente normal.
“Hoy en día quedan muy pocos clubes, convocan poca gente y les cuesta mucho sobrevivir”, relata Fernández. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, se estima que hay alrededor de 4000 jugadores. Actualmente los clubes que siguen trabajando duro son La Guarida del Fénix, en Gallo 333 y La Cofradía del Sur, en Acevedo 460, los dos en Capital.


Desde lo virtual se destacan las página de Secretos Oscuros, http://www.oscurossecretos.com.ar/ y las de la cofradía y juegos de que http://www.lacofradiadelsur.com.ar/ - http://www.juegosdeque.com.ar/


Recomendaciones para debutantes

- Antes que nada informarse sobre qué son los juegos de rol.
- Ir a un Conjuro (Concilio de Jugadores de Rol), a un Club de Rol o a alguna reunión similar .
- Conseguir que un amigo que juegue te invite a una partida.
- Ponerse en contacto con gente que juegue.
- Leer los libros de reglamentos y animarse a comenzar la aventura.
- Darle vuelo a la imaginación.


Los 7 mitos sobre los juegos de rol

El jugador y el personaje son la misma persona.
Los juegos de rol enseñan a los jugadores cómo lanzar hechizos.
En el juego de rol hay ganadores y perdedores.
Los juegos de rol alimentan la violencia.
Los juegos de rol inducen a comportamientos obsesivos.
Los juegos de rol convierten a la gente en criminales. Los juegos de rol inducen al suicidio.


Para revista BK. Marzo-abril 2006

Osky Guzmán

Trabaja hace doce años en improvisación teatral, fue creador del grupo Sucesos Argentinos y ahora, a la cabeza de Qué rompimos, hace Impro en teatro y juega en la televisión.

Oscar “Oski” Guzmán habla rápido, mucho y gesticula más todavía. Apaga el discman y Sabina deja de cantar. “Estoy escuchando el último, está muy bueno”, dice. Después cuenta que lo escucha desde siempre y que no hay disco del español que no le guste.
Oski iba a ser médico y por eso hizo el bachillerato biológico, pero tres días antes de que terminara el colegio, un amigo le contó que su novia iba a estudiar arte dramático. El dijo ¿qué es eso? y el amigo le explicó que además de actuación se estudiaba escenografía, violencia en escena y acrobacia. Le encantó y fue de cabeza a anotarse al Conservatorio Nacional de Arte Dramático. “Mi mamá me quería matar”, se acuerda.

“Teatro hago desde los 18, antes de entrar al conservatorio hacía teatro callejero en La Boca, donde me crié”, cuenta. Después formó parte del elenco del Teatro de la Rivera, donde actuaban sainetes de 20 minutos y el hacia de gallego, tano, judío, compadrito y cualquier personaje imaginable. Cuando estaba en el último año de la carrera, comenzó a entrenar para participar del torneo de improvisación del conservatorio, pasó por las ligas mayores y después armó el grupo Sucesos Argentinos. Su larga trayectoria además incluye actuaciones en televisión y cine.

Qué rompimos surgió en el 2001 cuando Oski se fue de Sucesos. “Decidimos hacer una proyección diferente de lo que veníamos haciendo hasta ese momento en improvisación teatral”. Impro resulta ser teatro elaborado en el momento, donde se desarrollan una serie de improvisaciones con títulos escritos por el público que son elegidos al azar. “Ofrecemos un espectáculo que tiene que ver con nuestros inicios. Porque hacemos improvisaciones basadas en diferentes estilos y juegos con el público. La consigna es vos lo pedís, nosotros lo hacemos”.

Antes de dedicarse de lleno a la actuación, Oski hizo de todo. “Cuando iba al secundario mi mamá cosía y yo me había agarrado una de las máquinas en la que hacía guardapolvos por mi parte, para ayudarla con la plata. También surfilaba servilletas, hacía mil docenas por día, trabajaba como un chino la verdad. Kung Fu significa el arte de la resistencia y creo que eso tiene que ver conmigo”. Pasó parte de su adolescencia trabajando para ayudar a su familia, mientras estudiaba actuación. Comenzó con el reparto a domicilio de un supermercado, una librería donde se la pasaba cantando todo el día y la gente le daba propina y una fábrica de tintura de telas. Fue extra en la película La peste de Luis Puenzo, donde estuvo doce horas bajo el sol y cansado se fue sin cobrar. “Mientras me pasaban todas estas cosas hacía teatro, que era lo que me hacia sobrevivir, el resto se trataba de cumplir solamente con las obligaciones cotidianas”. Osky dice que igual fue una época de una riqueza espiritual y emocional muy fuerte, ya que pasaba mucho tiempo en el conservatorio. “Me conocía todo el mundo, participaba de las maratones que se hacían preparando las cosas y actuando en dos o tres obras y me quedaba hasta los festejos del final”. Es imposible no creerle, se lo nota un tipo enérgico, pasional y que disfruta lo que hace.

Una vez dijiste que nunca habías hecho un casting, ¿Eso te pone en un lugar privilegiado?
En esa época yo estaba muy peleado con el medio televisivo, siempre me pareció una carnicería feroz para una actor que trabaja con su cuerpo, con sus emociones. No iba a los castings. Las cosas llegaron casi solas. Siento que estoy un lugar diferente, ni mejor ni peor, distinto. La sensación de poder que tiene Qué rompimos, tiene que ver con el poder de nuestro trabajo. Venimos haciéndolo silenciosamente hace muchos años y lo seguimos haciendo independientemente de que nos convoque o no un productor.
La ansiedad en la que se vive y la posición en la que están desde hace varios años los actores y los trabajadores en general, por el piso, hace que se piense que todo tiene que ser instantáneo: ya ganar plata, ya ser famoso, si no trabajas en la tele no sos nadie. Y eso no es verdad, es lo que nos quieren vender.

¿Cómo es tu experiencia con la gente de Dalí que produce tu espectáculo?
Ser producido significa tener un socio en tu camino, que si no lo comparte del todo y no se abre a ese camino se hace difícil. En ese sentido nosotros estamos muy contentos con Dalí, la productora de Ricardo Cohen y Alejandro Fantino, porque son muy respetuosos del trabajo que hacemos.

Mar de Fondo es el ámbito ideal dentro de lo que es televisión, para improvisar...
Sí claro, si bien no tiene esa cosa televisiva del pum para arriba, logra el espíritu televisivo igual. Hay como un estado amistoso y la verdad fue el mejor lugar para probar lo nuestro. Alejandro al principio me probaba todo el tiempo, me decía: “Hace Napoleón entrando en Viena”. Entonces yo hacía a Napoleón en pose y entrándole a un pancho. El se entusiasma y se divierte mucho. La verdad es que si ellos no se subirían a lo que hacemos no podría salir como sale. Escuchan muy bien, aceptan, sugieren y suman.

Tele, teatro, cine. ¿En cuál te sentís mejor?
Me siento bien en todos los lugares, cada uno despierta en mí cosas que el otro no. En la tele me nace la rapidez y sensibilidad para lo inmediato, es salir al paso y me divierte.
Son disfrutes diferentes. El cine, por ejemplo, es el tunel del tiempo. El set de filmación crea el clima del momento que se quiere recrear y eso es mágico. Ahora, si tengo que elegir, el teatro es mi predilecto. Una vez Claudio Gallardou me dijo: “El teatro es del actor, la televisión del productor y el cine del director”. Si en el teatro falla el actor, falla todo.

¿Y en improvisación cómo es?
El teatro de improvisación es como jugar un partido de fútbol, la interacción con los compañeros y el público es buenísimo. Lo que más me gustan son los ensayos, por eso es tan importante con quien vas a trabajar y las cosas que pueden surgir de ahí.

¿Cómo es el público que va a ver Impro?
Hay público de viernes, sábado y de domingo. Los viernes que la función es más tarde vienen muchos jóvenes y algunas parejas de 30 y pico. En cambio los sábados viene gente más grande, profesionales que llegan con ganas de ver de qué se trata. Todos terminan enganchándose.

¿La técnica de improvisación puede hacer que un mal actor sea bueno?
Sí. Nosotros hablamos de inexperto o experto porque creemos que realmente son sus experiencias las que lo hacen actuar de la manera que lo hace, mal o bien. La técnica de improvisación hace que vos te escuches, aceptes el lugar en donde estás y de donde venís, quién sos, qué tenés para ofrecer y en que podés crecer. Si no aceptás esos puntos es difícil que puedas expresar tu arte.

¿Porqué tiene que ver con lo genuino?
Porque tiene que ver con el origen, con lo personal, con lo que llevás adentro y transformas en arte. La impro no tiene techo, el que tiene el techo es el que improvisa. El actor inexperto piensa que flagelándose, haciéndose pegar de verdad en una escena o llorando está expresando y transmitir algo. En el teatro de texto no es así, por eso hay actores de televisión que no funcionan en el teatro y viceversa.

¿Qué te suma y que te resta ahora que estás mediatizado?

El teléfono suena mucho más, eso es bravo. Saber decir no es complicado, además yo soy de decir sí Trato de conectarme con el camino que quiero hacer, aunque a veces el dinero hace que se complique tomar algunas decisiones. Formo parte de un grupo y cuando yo crezco crecemos todos. Que se yo, ahora la gente me llama Osky y me dicen que está bueno lo que hacemos.

¿Qué cosas podés proyectar o hacer que antes no?
Me compré el cd nuevo de Sabina apenas salió. Joaquín se lo merece por todos los que me copié antes. No sé, quizás cosas relacionadas con lo económico. Igual lo que quise hacer lo hice y sino lo hice es porque no quise.
No soy de embarcarme mucho en proyectos, lo que sí sueño y deseo profundamente es crecer con el grupo, viajar, investigar en tv, cine, etc. Sacar todo lo que nos pasa por la cabeza y convertirlo en arte.

Viejos improvisadores
Los comienzos pueden remontarse a mediados del 1500 con La Comedia del Arte, que fue muy popular en Europa. Elencos de improvisadores viajaban de pueblo en pueblo presentando espectáculos en las plazas públicas.
De ahí a los años sesenta donde Keith Johnstone comenzó a formular teorías sobre la creatividad y espontaneidad en Inglaterra. Para él, el teatro se había vuelto pretencioso por eso el hombre no asistía a las funciones. Para atraer a ese público le pareció una buena idea combinar los elementos del teatro con los del deporte. Así nació el Theatresports, donde las reglas deportivas fueron adaptadas al contexto del teatro de la improvisación. Los equipos competirían para ganar puntos asignados por jueces, y el público sería el invitado a aplaudir las buenas escenas y cuestionar las decisiones de los jueces. Viola Spolin, una actriz estadounidense también hizo su aporte al género desarrollando una nueva manera de enseñar actuación. Se basaba en la simple pero fuerte idea de aprender jugando. El hijo de Spolin junto a otros actores fueron los creadores de una especie de Comedia Moderna, que buscaba atraer al hombre común.
En Argentina uno de los impulsores de este movimiento es Fabio “Mosquito” Sancineto, un especialista en el tema que conoció la impro cuando esta daba sus primeros pasos en el Teatro San Martín en la década del 80.

Para Revista BK. noviembre-diciembre 2005.

Falda // Prenda de alto vuelo

El pantalón ha sufrido cambios, su cintura ha ido bajando y bajando cada vez más. En esa caída va desapareciendo, se va quedando afuera de la moda para darle lugar a la falda, o ser su complemento. Ella, femenina y de alto vuelo, va tomando temporada tras temporada, un protagonismo absoluto.


Tableada, evasé, plato, en gajos, globo, irregular, recta, con cintura baja o alta, con fajas o cinturones, a la rodilla, larga, de muchas formas, pero única. “Vuelve con todo”, dice Susana Saulquin, socióloga y especialista en moda. “En algodón, muselinas, gasas, denim y telas livianas, las opciones son múltiples y para todos los estilos”.
“La pollera es cómoda y simpática”
, comenta Saulquin. Aunque no es la única indumentaria símbolo de femineidad, para la docente de la carrera de Diseño e Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el auge de la falda tiene que ver con un nuevo momento de la mujer. Tanto en la década del 80, como en la del 90, la mujer se vistió de hombre para competir en el mercado laboral. Hoy, ya estabilizada en ese campo, no necesita vestirse de hombre y la pollera se convirtió en una aliada ideal. El pantalón, símbolo de trabajo le cedió el lugar y la pollera lo ocupó.
Las tendencias se diversificaron y ya no existe un solo modo de vestir, cada persona opta por el estilo que más le gusta y el grupo de referencia influye mucho en eso. Saulquin asegura que la elección del vestido no depende únicamente de lo que dicta la moda, sino también de sentimientos, recuerdos y situaciones de la infancia que hacen que alguien opte por un color o un tipo de prenda específico porque lo asocia al placer que alguna vez le provocó. Esto se relaciona con los ciclos de la moda, que se repiten cada 18 años aproximadamente, y hacen que cuando algunos colores o materiales retornan, en el caso de las mujeres, se reencuentren con ropa que deseaban de niñas, cuando sus madres o abuelas la usaban.

Este reciclaje de la moda hace que las polleras amplias y acampanadas de los años 50, sean hoy uno de los modelos más reeditados. Las polleras evasé tienen vuelo y caen sobre o bajo las rodillas, se caracterizan por su forma triangular y el corte al bies que mejoran la caída. El vuelo se lo dan las tablas o el plisado.
El vale todo viene marcando un poco el paso a la hora de vestirse, por eso también además de las faldas rock and roll, hay un estilo que viene ganando terreno: el neo hippie. Estas polleras son largas, fruncidas, con superposiciones y ornamentos; y son resultado de un mix cultural.
La nueva colección de la diseñadora Mariana Dappiano, relacionada con lo nómade, remarca su estilo étnico en faldas amplias, irregulares y con mucho volumen. Los colores coral, blanco, aguamarina, crudo y chocolate, se diferencian de los que usan otras colecciones. “Me atraen las influencias textiles y artesanales, tomo esos elementos y los traslado a lo urbano. No me identifico para nada con la estética ni la cultura de los cincuenta, por eso no sigo la generalidad” explica.
La juventud es en su mayoría el grupo social que más incluye a la falda como prenda elemental del guardarropas. Son las chicas más jóvenes las que las usan con cualquier tipo de calzado, desde botas hasta zapatillas o superponiéndolas con otras prendas.
Para Rosa Benedictis, de Bis Benedictis, la falda es una prenda combinable y se puede repetir más que el vestido. El modelo de la colección que diseña junto a su hermana Juana, se centra en faldas evasé estampadas. Otros modelos de la nueva temporada consisten en polleras de lino con dos tablones, de gabardina con talle bajo y por debajo de las rodillas y de modal con gajos, siempre fieles a las flores, rayas y otros estampados. Para la noche diseñaron polleras de muselina con mucho vuelo y pollerones largos de terciopelo con brillos. “Nos gustan las polleras con vuelo porque son sentadoras y quedan bien en todas las siluetas, ya que disimulan las caderas y la cola”. Para las hermanas Benedictis la falda es una prenda clave, que se vende mucho, y más aún en verano.
El rosa viejo y el verde seco son los colores tendencia que se anuncian para la temporada primavera verano, detrás el lila se asoma tímido. Además, flores y estampados en diferentes tonalidades, terminan de completar la gran variedad ofrecida para disfrutar de la comodidad de las faldas.

¿Hombres en faldas?
La comunidad Intermis (Comunidad en internet pro hombres en faldas), es el primer sitio en Español dedicado a agrupar a todas las personas de la comunidad hispana que reclaman una mayor libertad y variedad en la moda del hombre, incluyendo la posibilidad de que puedan vestir polleras.
Las faldas, túnicas, togas, vestidos y otras prendas similares usadas por el sexo masculino en el transcurso de la historia, han quedado en el olvido. Pero aún en la actualidad en algunos países no occidentales como Tailandia, Malasia e India, todavía pueden verse hombres con vestimenta más cercanas a las polleras o vestidos, que a los pantalones. Lo que esta asociación intenta es luchar contra la uniformización que en los últimos siglos sufrió la vestimenta del hombre moderno. Los pantalones, según ellos, constituyen una pérdida de libertad y variedad a la hora de vestirse. Habrá que ver cuántos quieren y se atreverían a usar faldas en público, por el momento suena una interesante iniciativa.

Buenos Aires diseña
Si bien las marcas masivas siguen las tendencias europeas, en Buenos Aires hay una importante movida de diseño de autor y eso hace que de a poco se vaya convirtiendo en una originadora de tendencias. “El diseñador John Galiano de Cristian Dior, vino a Buenos Aires este mes a buscar tendencias, eso refleja la creatividad y el avance que el país está teniendo en cuestiones de moda”, cuenta Saulquin. “Hay una actividad increíble a nivel diseño y yo lo noto en la facultad, actualmente hay ochocientos alumnos cursando la carrera y para el año que viene se estima que llegarán a dos mil.Muestra de esta realidad es la 10° edición de Fashion Buenos Aires, que se realiza desde el 29 de agosto al 2 de septiembre en la Rural. El BAF es para los expertos en la materia, el calendario oficial de la moda argentina. En los desfiles se ven las últimas tendencias de la próxima temporada primavera- verano 05/06, además de realizarse distintas actividades temáticas organizadas especialmente para el aniversario.

Las 5 tendencias de la nueva temporada según Susana Saulquin
Personalización: a través de la diferenciación por medio de detalles y accesorios.
Complejidad: Con diseños tipo uva (nervaduras). Más complejos en sus moldes.
Simplificación: Con colores lisos.
Glamour y sofisticación: Con el uso de muselina y plumas.
Funcionalización: Para aportar practicidad.

Para revista BK. septiembre-octubre 2005