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25 de agosto de 2007

Pin Up / Esas chicas atrevidas

Un movimiento que comenzó por los años treinta en Estados Unidos con dibujos y siguió con la fotografía. Mujeres insinuantes, sensuales y voluptuosas generadoras de una estética que fue variando a través del tiempo pero sigue vigente y ratoneando. Provocadoras de fantasías masculinas, las chicas pin up marcaron tendencia.


Esta especie de revolución se inició con las chicas que aparecían en las publicidades, almanaques y revistas, y que no estaban muy bien vistas por ser tan osadas. Objeto de las fantasías masculinas, con una mezcla perfecta de ingenuidad y sensualidad, las pin ups comenzaban a explotar un género que continúa hasta ahora, época en donde las mujeres de las revistas ya no sugieren nada y muestran todo. La típica pose pin up es del tipo in fraganti, diosas como Marilyn Monroe, Betty Page y Jayne Mansfield empezaron así sus carreras.

Con el tiempo se transformó en un estilo de diseño que llegó a la televisión, la publicidad, los cómics y la moda. En publicidad estas chicas vendían mucho y así fueron ganando cada vez más adeptos de las fantasías que sugerían con sus miradas y posturas.
Las atrevidas imágenes de Betty Grable y Rita Hayworth, acompañaron a muchos soldados solitarios en la guerra y ratonearon a miles de hombres. Dicen que la popularidad de estas chicas era tanta, que el gobierno de Estados Unidos mandó un cargamento de calendarios pin up para incentivar a los soldados que peleaban en la Segunda Guerra Mundial.

Virtudes de las pin ups

El pin up permaneció y creció a través del tiempo y a la par de las costumbres, pero sigue conservando elementos clave que hacen de estas mujeres, algo único.
“Las chicas pin up se diferencian del resto porque son perfectas en todo sentido estético”, dice Federico Combi, un ilustrador argentino de 25 años que trabaja para grandes editoriales de Estados Unidos como SQP Publishing o ART Fantasy. “A una pin up no le puede faltar el rostro perfectamente proporcionado, muchas curvas en el cuerpo, una cintura muy chica y piernas largas”, asegura.
Marcelo Sosa, es otro ilustrador argentino que además de dar clases de dibujo, trabaja para Estados Unidos en Marvel Comics y hace pin ups para SQP. Para él la pin up logra lo que las demás no, “hace que choques, que te lleves un poste por delante, y no te hablo de la yegua del teatro de revistas, es la imagen de esa mujer que te queda un buen rato en la retina”.
Parece que el poder de estas chicas es tan fuerte que permanece intacto con el pasar de las décadas y las modas. Hoy, donde tanto las revistas como la televisión son grandes catálogos de mujeres semidesnudas, con posturas y actitudes que rayan el mal gusto, parece que las pin ups, siguen siendo fuertes en lo suyo, la insinuación erótica.

“Tienen actitud, presencia y peso, con un plus que las hace únicas. A cualquiera que le muestres la imagen de Jessica Rabbit, le parte la cabeza”, dice Sosa.
Para el maestro Horacio Altuna, creador de El Loco Chávez y el Nene Montanaro, las históricas historietas de Clarín, y su tira Voyeaur de PlayBoy, las pin ups tienen que tener fundamentalmente una carga importante de sensualidad o erotismo. “Deben ser sensuales, ejercer de eso. El resto de las mujeres, felizmente, no”, dice el dibujante y agrega, “Ser únicamente sensuales tiene una carga de superficialidad que es bastante insoportable”.

Los maestros y sus alumnos

Muchas pin ups son fotografías de mujeres famosas que son o fueron consideradas mitos eróticos. Otras son dibujos que representan generalmente modelos de belleza ideal. Un temprano ejemplo fue Gibson girl, dibujada por Charles Dana Gibson. Hubo artistas especializados en este género, como Alberto Vargas y George Petty, junto con otros menos conocidos como Art Frahm. También figura el dibujante y acuarelista estadounidense John Willie, más conocido en el género de la historieta erótica por su obra Las aventuras de la dulce Gwendoline. Pero se menciona especialmente al gran Perno-para arriba americano Gil Elvgren. Aunque la mayor parte de su trabajo fue creado para uso comercial, ha sido reconocido como arte verdadero por muchos coleccionistas, distribuidores, galerías y museos privados.


Los más recientes continuadores del pin up son el dibujante Rion Vernon, con sus pin-up toons (caricaturas de pin-up) combinó la imagen clásica con la caricatura, y el japonés Mamorú Yokota con muy buenas versiones de chicas orientales. También una mujer, Olivia de Berardinis, discípula de Vargas. Son mucho más zarpados que sus predecesores, la inocencia de los primeros se fue recortando con el tiempo, aunque todavía hay algunos, como Dave Stevens que la conservan y dibujan a buenas chicas en malas situaciones sin necesidad de enseñar cada detalle de su anatomía.

Perfectamente únicas

Dibujar mujeres bellas no debe ser tan fácil, Altuna dice que debe haber alguna dificultad porque no hay tantos dibujantes que lo hagan. “En mi caso, como me gusta dibujar figura humana, en general, es una habilidad que adquirí con el tiempo”, dice el dibujante argentino que vive en España.

“Yo las dibujo porque admiro la figura femenina, tiene gracia, ritmo, una luz propia. Cuando doy clases con modelo vivo, invito a mis alumnos a que capten esa belleza que para mí es única e irrepetible”, cuenta Sosa. El dibujante dice que el cuerpo de la mujer cuenta cosas y los hombres leen, “esa relación es más fluida cuando menos explícita es, cuando nos dan un pedacito y nos quedamos con las ganas de más”


Las mujeres con poca ropa y lindas le gustan a todos los hombres, pero ese plus del que habla Marcelo Sosa no lo tienen todas. Dibujadas, fotografiadas o pintadas, lo que atrae de las pin ups es un conjunto infalible: mirada, pose sugestiva y un cuerpo increíble. Una cuestión de actitud, y en la mayoría de los casos, que son irreales. “Ratonean más porque no existen”, sentencia Combi. Marcelo asegura que en el país donde surgió el género, el mercado de Pin Up es gigante y no deja de crecer. “Hay una necesidad de idealizar para poder vender, por eso es que acá, en argentina, hay una moda del uso excesivo del Photoshop, todas las chicas tienen retoques y filtros muy marcados”.

“Vas por la calle, pasás por un kiosco de revistas que es un catálogo de culos y lolas y está buenísimo, vende, pero como imagen es invasiva, fuerte y casi no te da tiempo para digerirla. En cambio la pin up te invita a pasar, te deja la puerta entrecerrada... eso hace que te detengas un ratito más, y aunque esté tan desnuda como la foto del kiosco, te deja una duda y como somos bichos curiosos los ratones son más gordos” relata Sosa.

La pin up es de consumo universal, no tiene fronteras. Será por eso que las hay bien americanas, japonesas, tipo cartoons, guerreras y otras tantas. “Las chicas que dibujo, las imagino con una atracción que gusten en Japón, Europa o donde sea”, dice Altuna. Los creadores del arte Pin Up, nunca imaginaron que junto con sus criaturas nacería un movimiento repleto de fanáticos a través del tiempo, que siguen rindiendo culto a esas chicas atrevidas dibujadas e influenciadas por las grandes figuras femeninas de cada época.


Para revista BK. septiembre 2007.