De eso, de lo otro y de aquello también. Información, investigación y difusión. BLOG VITAE.

9 de julio de 2008

Greenpeace // Yo quiero tener un millón de amigos

Desde 1996 Greenpeace utiliza internet como principal canal de comunicación y difusión. Sus ciberacciones son muy conocidas y este último año han logrado un resultado grandioso, la sanción de la Ley de Bosques. Esto se alcanzó con el compromiso de más de un millón de personas que a través de internet, en su mayoría, votaron para reclamar la finalización de los desmontes indiscriminados en Argentina.



Greenpeace comenzó en 1996 a trabajar con internet en Argentina tomando donaciones on line. “A partir de ese momento se comenzó a tener una política de trabajo vía web no solo para las donaciones individuales, que es el método que tenemos para financiarnos, sino también para lograr la movilización pública. Cuando empezamos con la campaña del millón por la Ley de Bosques, teníamos una base con 230.000 ciberactivistas que fue creciendo en los últimos años”, dice Hernán Nadal, coordinador de nuevos medios de Greenpeace.

Igualmente, en la campaña de Bosques, la organización amplió la participación mas allá de internet. No olvidemos que en Argentina todavía es muchísima la cantidad de gente que no tiene acceso a la web. Martín Tinghitella, coordinador de marketing directo, dice: “Pensamos que mucha gente aún no usa internet y tomamos la decisión de no quedarnos solamente con esa herramienta y salir a la calle a juntar firmas”. Los voluntarios, a los cuales llaman puntos verdes, fueron los que durante toda la campaña salieron a pedir firmas por la ley y hablar de Greenpeace, principalmente sobre la acción de la Ley de Bosques.


En esta campaña del millón de votos obtuvieron un millón on line y 500 mil off line. Internet, ya se sabe, ofrece muchas posibilidades y la gente de Greenpeace sabe aprovecharlas. La viralidad es una de las múltiples opciones. “Hicimos muchos envíos, prácticamente una vez por semana teníamos novedades para contar de la campaña, entonces en los mails le pedíamos a la gente, una vez que comprobábamos que habían votado, que le reenviaran el mail a todos sus contactos, que viralice el mensaje. Cuando identificábamos que lo hacían, les pedíamos que dieran un paso más, que imprimieran la planilla y salieran a juntar firmas a la calle”, explica Tinghitella.

“Salimos con la consigna de juntar un millón de firmas y a las dos semanas de la convocatoria ya habíamos llegado casi a la mitad, la campaña tuvo una velocidad muy rápida”, cuenta el comunicador social.
Lo que tiene a favor internet en comparación con otras estrategias de marketing es la posibilidad de las mediciones, algo muy importante para definir las estrategias posteriores.
En esta campaña fundamentalmente, al estar involucrada tanta gente, internet ayudó a que paso a paso se pudieran realizar acciones de acuerdo a la respuesta de esa gente. También los coordinadores tuvieron que, de alguna manera, dirigir a los activistas que no están acostumbrados o nunca realizaron tareas de participación ciudadana, para que pudieran saber de qué manera hablar con senadores o diputados para reclamar la ley.

“Hicimos una especie de seguimiento paso a paso, un acompañamiento a los activistas para que aprendieran a involucrarse más en esta causa, no sólo para cumplir con el objetivo de Greenpeace, sino también para que sintieran que lo que estaban haciendo servía. Acercamos a mucha gente a una participación que nunca había tenido y eso es importante porque conocieron una lógica de activismo desconocida” relata Nadal.


“Prácticamente por dos meses hablamos solamente de la Ley de Bosques, toda la fuerza comunicacional de la institución se unió para esta campaña”, sintetiza Tinghitella. Televisión, gráfica, internet y la aparición de personalidades como León Gieco y Lalo Mir como referentes mediáticos. También colaboraron los bloggers, la Asociación de Bloggers de Argentina tomó el tema como propio y en el Blog Accion Day, un día en el que todos los bloggers del mundo escriben sobre un tema, en argentina lo hicieron sobre la campaña del millón. Contaron con muchas publicidades on line gratuitas en los más importantes portales, aparición en news letters tanto ecológicos como no, que viralizaron la difusión del mensaje.

“Los senadores se sintieron muy observados y cuando pasaba algo en el tratamiento legislativo que no era bueno para la ley, nosotros enseguida lo comunicábamos y la gente reaccionaba. Esta acción generó muchas cosas, no solo en la gente como participante, sino también en los legisladores, entendieron que cuando la gente sabe, está informada y se une para lograr algo ellos tienen que dar cuenta de su trabajo”, reflexiona Nadal.
Greenpeace llegó a lugares donde nunca antes se había llegado y no solo eso, por medio de esta acción su base de activistas creció de 230 mil a 1 millón, “un ejército dispuesto a actuar cuando se lo propongamos”, dice Nadal.

Desde que Greenpeace está en Argentina, la Ley de Bosques es el logro de mayor magnitud que consiguió. Este enorme éxito logrado es importante ya que la ley salió por consenso. Todos tomaron conciencia de que la posibilidad de que no existiera esta ley, ya no cabía. El Estado dejó de manejar los 1000 millones de pesos que se tiene destinado para mantener los bosques. Ahora ese dinero pasó a manos de las provincias, lo que nunca hubiera sucedido sin el compromiso de toda la gente que votó la iniciativa.

El compromiso de Greenpeace para con la sociedad y diferentes organizaciones al pedir participación y obtener la respuesta que obtuvo, fue también algo importante para que se doblegaran las fuerzas para lograr el objetivo de esta campaña.
Los dos coordinadores creen que los argentinos son muy solidarios. “Hay más de tres millones de personas que en Argentina hacen voluntariado”, dice Nadal.
De todas maneras, si bien hay un crecimiento notorio en cuestiones de solidaridad e interés en temas ecológicos, todavía es un tema un tanto lejano para mucha gente. En algunos casos hay personas que siguen prefiriendo donar al afectado directamente o a organizaciones grandes. “Lo que tenemos que hacer las organizaciones es seguir avanzando en encauzar la solidaridad de una manera más organizada para que la gente confíe en nosotros. El Estado igualmente debería generar un sistema organizativo y de control de las ONGS, pero no puede manejarse a si mismo, por lo tanto es difícil que pueda ejercer esta función.

Con la satisfacción de haber logrado el objetivo, la sensación que queda se traduce en estas palabras: “Nosotros siempre pensamos que lo increíble puede pasar”, dice Tinghitella, y Nadal agrega: “Si lo pensás no lo hacés. Nuestras acciones tienen un poco de ese pensar en lo imposible. Era como un imposible juntar 1 millón y medio de firmas y que la Ley de Bosques iba a salir así como salió, más que nada teniendo en frente intereses tan poderosos, pero si pensáramos en hacer sólo lo posible nos dedicaríamos a otra cosa”.

La Ley del millón y medio

Es la ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos. Después de 10 años de lucha, Greenpeace acompañada por un millón y medio de personas, logró salvar los bosques argentinos. Con esta ley se detienen los desmontes hasta que las provincias realicen un ordenamiento territorial que establezca qué áreas deberán preservarse.
La Argentina está en emergencia forestal, se pierden unas 300 mil hectáreas de bosque nativo por año, una hectárea cada dos minutos. La deforestación alentada por el avance descontrolado de la agricultura y la ganadería provoca la pérdida de especies en peligro, desertificación, inundaciones y el desalojo de comunidades campesinas e indígenas.

Medio ambiente. Ser o no ser, esa es la cuestión.

Socios:
Son los que donan dinero, en Argentina hay alrededor de 40.000. Tienen un nivel de compromiso muy alto por su actitud política de donar para una organización como Greenpeace y además es la que más participa en las actividades tradicionales.

Voluntarios:
Muchos de ellos empiezan siendo ciberactivistas, o sea recibiendo y pidiendo recibir información. Después se interesan en dar un paso más y comienzan a participar en actividades de diferentes tipos de acuerdo a sus posibilidades.

Ciberactivistas:
Son los suscriptores a las alertas o alguna acción en especial, no son solamente receptores de información, a veces dan un paso más.

Móvilactivistas:
Actualmente son alrededor de 350 y están dispuestos a recibir información en su teléfono celular. El teléfono penetra sectores de la sociedad que quizás no cuentan con internet. Además la cantidad de usuarios de celulares en la Argentina es mucho mayor que la de usuarios de internet.

Para revista BK marzo 2008.